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martes, 18 de diciembre de 2018

HACIA UN MUNDO SIN CIGARRILLOS

La industria tabacalera está desarrollando nuevos dispositivos tecnológicos para reemplazar el cigarrillo tradicional. Esta estrategia, que a primera vista puede sorprender, se basa en el principio de la reducción de daños asociados a ciertas prácticas o comportamientos. 

Las políticas de reducción de daños se adoptan en situaciones en las que prohibir una conducta no es un camino viable. Por ejemplo, aunque conducir es riesgoso, los gobiernos no sugieren que la gente deje de hacerlo. En su lugar establecen reglas para que conducir sea más seguro, alientan el uso del cinturón de seguridad, obligan a las automotrices a que los autos cumplan con ciertas normas de fabricación y lanzan campañas de conducción responsable, entre otras medidas.

Se asume que, ya sea por costumbre social, necesidad o simplemente decisión en pleno uso de sus capacidades, las personas no van a dejar de conducir automóviles pese a los riesgos que ello conlleva. De allí que se opte, en vez de prohibir la actividad, por promover un manejo responsable e informado en función de reducir los riesgos o daños.

En el caso de las tabacaleras, el objetivo es ofrecer alternativas potencialmente menos dañinas a aquellas personas que fuman y que, por una razón u otra, no quieren dejar de disfrutar el consumo de tabaco. Muchos científicos y hasta algunos reguladores coinciden con este abordaje.

“Imaginar un mundo en el que los cigarrillos ya no generen adicción ni la sostengan, y donde los adultos que aún necesiten o quieran nicotina puedan obtenerla de fuentes alternativas y menos dañinas debe ser la base de nuestros esfuerzos. Creemos que es vital perseguir este interés común,” afirmó Scott Gottlieb, comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. 

Las diferentes opciones que están presentando las tabacaleras buscan satisfacer a los distintos tipos de consumidores y, al mismo tiempo, potencialmente reducir el daño para ellos y su entorno. La característica compartida de estas opciones es que ninguna genera combustión del tabaco. Y aquí es donde entra en juego de lleno el enfoque de reducción de daños.

Investigaciones científicas en curso y expertos en tabaquismo coinciden en que, aunque es adictiva y no está exenta de riesgos, no es la nicotina la causa de las enfermedades vinculadas al cigarrillo sino los miles de componentes químicos que contiene el humo del tabaco. Son las sustancias nocivas generadas por la combustión, como el alquitrán y el monóxido de carbono, las que causan cáncer, enfermedades cardiovasculares y pulmonares. 

De allí que la ausencia de combustión y de humo sea central en estos nuevos productos para reducir los riesgos para la salud. Una de las alternativas más populares son los cigarrillos electrónicos, que vaporizan un líquido que puede o no contener nicotina en dosis reducidas. Cada vez son más los fumadores que, para dejar de fumar, deciden “vapear”.

Hay otros productos incluso más innovadores que, en lugar de llevar líquido, contienen tabaco especial que se calienta sin llegar a quemarse, resultando más atractivo para los fumadores porque se asemejan más en aspecto, aroma y sabor a los cigarrillos comunes. Algunos de estos productos funcionan con un dispositivo con forma de bolígrafo al que se le inserta un cartucho de tabaco y cuyo vapor contiene un nivel de sustancias tóxicas de entre 90-95% 6 inferior a las presentes en el humo del cigarrillo tradicional. 

Otros, que en apariencia se asemejan a un cigarrillo tradicional, calientan el tabaco con una punta de carbono. El enfoque de “reducción de daños” complementa otros esfuerzos de los gobiernos para alentar a los fumadores a dejar de fumar y prevenir que niños y jóvenes comiencen a fumar y adopten un estilo de vida más saludable. Un número cada vez mayor de autoridades de salud pública y expertos coinciden en que el acceso de los fumadores a alternativas menos nocivas tendría un impacto positivo para la salud pública.

lunes, 26 de noviembre de 2018

EL ROL DE LA NICOTINA, ¿EL FIN DE UN MITO?

Los expertos coinciden en que, aunque es adictiva y no está libre de riesgos, la nicotina no es la causa primaria de enfermedades relacionadas al tabaquismo.

La comunidad científica ha comenzado a desmitificar el rol de la nicotina. ¿Es este el componente del cigarrillo que causa mayor daño? En la lucha por conseguir que las personas dejen el cigarrillo, durante muchos años la nicotina, principal causante de la dependencia al tabaco, ha estado asociada también a las enfermedades causadas por el hábito de fumar. Así, la nicotina acumuló años de mala imagen siendo, en definitiva, el gran enemigo a combatir.

Sin embargo, investigaciones científicas y expertos en el tema coinciden en que, contrariamente a lo que muchos creen, la nicotina, aunque es adictiva y no está exenta de riesgos, no es la causa principal de las enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Dichas investigaciones aseguran que son los numerosos componentes tóxicos presentes en el humo del cigarrillo, y no la nicotina, los responsables de la mayoría de las molestias y enfermedades asociadas al tabaco, como las cardiovasculares o cáncer de pulmón 1 .

La nicotina es una sustancia natural que se extrae principalmente de la hoja de la planta de tabaco. Todos los productos de tabaco tienen nicotina: los cigarrillos tradicionales, el tabaco suelto para armar cigarrillos, los puros, la pipa y el tabaco sin humo. La nicotina utilizada en cigarrillos electrónicos y en las terapias de reemplazo de nicotina (NRT, por sus siglas en inglés) como los parches, chicles e inhaladores, también deriva de las plantas de tabaco. 

La creciente popularidad de los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco calentado (un aparato que permite calentar el tabaco sin quemarlo, eliminando así el humo) ha revivido el debate sobre el rol de esta sustancia. Se trata de alternativas que contienen nicotina, pero no producen humo, pudiendo reducir así el daño causado al consumidor de tabaco y a su entorno. Suecia es el país que corroboraría este argumento. Allí, la mayoría de las personas que ingiere nicotina lo hace a través de “Snus”, un tabaco sin humo.

“En Suecia, los Snus se introdujeron hace décadas y [su introducción] redujo a la mitad la prevalencia de fumar tabaco en comparación con el promedio de la Unión Europea. Los suecos también tienen 50 por ciento menos de casos de cáncer de pulmón y de enfermedades cardiovasculares”, afirma Riccardo Polosa, director del Instituto de Medicina Interna e Inmunología Clínica de la Universidad de Catania, Italia. 2

Mitch Zeller, director del Centro para Productos de Tabaco de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), ha trabajado durante toda su vida en el control del tabaquismo y la salud pública. Durante una presentación en 2014 fue contundente: “La nicotina es el mismo compuesto que la FDA tiene aprobado desde hace más de 30 años como medicamento seguro y efectivo. Las personas mueren de enfermedades relacionadas con el tabaco por las partículas que contiene el humo, no la nicotina... ¿Podemos empezar a mirar esto de forma diferente?” 

Algo similar plantearon 53 reconocidos expertos en salud pública y destacados científicos de más de 18 países en una carta conjunta enviada en 2014 a la entonces directora de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan. “Desde hace años sabemos que la gente ‘fuma por la nicotina, pero lo que la mata es el humo’: la gran mayoría de las muertes y enfermedades atribuibles al tabaco surgen de la inhalación de partículas de alquitrán y de gases tóxicos que entran a los pulmones”. 

A pesar de esto, esta nueva mirada más benigna sobre la nicotina no subestima su componente adictivo ni suscribe que está exenta de riesgos. En altas dosis, la nicotina es tóxica y su consumo puede traer complicaciones a las personas con enfermedades del corazón o presión alta, así como a niños y embarazadas

El llamado a des-demonizar la nicotina empieza a escucharse con más fuerza en la comunidad internacional, a medida que la ciencia avanza con sus investigaciones.