Esto es el cuidado personal, y dedicar un tiempo para ti es importante para el bienestar general. Tener un día de spa es una buena forma de destinar un tiempo y un lugar para descansar, relajarte y aclarar la mente.
6 formas de tener una experiencia de spa que puedes hacer tú mismo(a)
Consideramos el spa como un lugar para relajarnos y consentirnos, pero ¿sabías que puedes crear un ambiente parecido al del spa en la comodidad de tu propia casa? Estos son los mejores consejos que puedes hacer tú mismo(a) para tener una experiencia de spa sin tener que salir de casa:
1. Toma un baño de burbujas relajante
La mejor forma de relajarme siempre ha sido tomar un baño de burbujas. Agrega un toque de tu producto favorito para baño de burbujas, suave y sin sulfatos, enciende algunas velas, pon música y sumérgete en la relajación. Una agradable manera de lograr que tu baño huela bien es usando tés para baño. Son sobres de té que contienen tus hierbas favoritas. No hay nada como un buen baño caliente para liberar la tensión muscular, abrir los poros y despejar la mente. Otra opción es tomar una ducha con agua caliente, ir a nadar o sumergirte en un jacuzzi en caso de que no tengas bañera; ¡encuentra formas creativas de consentirte y relajarte!
2. Aplica una mascarilla facial
Una buena mascarilla facial no necesita aplicarse en un spa. Puedes vivir la misma experiencia de calidad en casa. Elige una mascarilla facial con aromas inspiradores como romero o menta. Algunas de mis favoritas son las mascarillas de arcilla o las de tela. Aplícala en tu rostro, permite que se seque o hidrate tu piel y espera los resultados.
Disfruto aplicarme la mascarilla mientras me relajo en la bañera. Hay algo en el vapor, las burbujas, los aromas y la capacidad de solo relajarme que lo hace perfecto. Las mascarillas que contienen arcilla bentonita tienen propiedades impresionantes de tonificación y absorción de la piel. Además, la sensación de la arcilla suave y sedosa en la piel te ofrece una verdadera oportunidad para consentirte.
3. No olvides la mascarilla para el cabello
Además de cuidar tu piel y aplicar una buena mascarilla facial, también es importante darle a tu cabello el cuidado que necesita. El uso de una mascarilla ayuda a humectar y nutrir el cabello. Obtendrás mayores beneficios si tu cabello está dañado, seco o encrespado. Asegúrate de usar una que sea adecuada para tu tipo de cabello, o bien puedes hacerla tú mismo(a).
Haz tu propia mascarilla hidratante para el cabello
Ingredientes:
1 aguacate maduro
2 cucharaditas de aceite de coco
3 cucharadas de gel de sábila (como el Gel Suavizante Herbal Aloe).
Instrucciones: Mezcla todos los ingredientes. Agrega más aceite de coco si tienes el cabello muy largo o grueso. Coloca sobre el cabello húmedo, empieza por las puntas y ve subiendo hasta las raíces. Recoge todo tu cabello en un moño o colócate un gorro de peluquería y deja actuar de 30 a 40 minutos. Las vitaminas del aceite de coco y del aguacate nutrirán tu cabello para mantenerlo hidratado y brillante. El gel de sábila humectará y suavizará tu cuero cabelludo. Enjuaga con agua tibia y lava tu cabello con champú y acondicionador sin sulfatos.
4. Elimina las preocupaciones del día
Hay días en los que solo quieres olvidarte de los problemas. Así que ¿por qué no tomar un momento para complacerte y usar un exfoliante que huela delicioso y contenga partículas que remuevan las células muertas de la piel? Una vez que tengas esa sensación suave y sedosa en tu piel, te olvidarás de los problemas.
5. Humecta de la cabeza a los pies
No hay nada como aplicarse una crema hidratante después de una buena exfoliación o un baño de burbujas. ¡Usa una buena crema humectante y consiente a todo tu cuerpo! Aplícala cuando tu piel todavía esté húmeda para sellar la humectación que tanto necesita. Al final, tu piel se verá más joven y estará mucho más sedosa al tacto. Toma unos minutos más para relajarte, disfrutar y enfocarte en los dedos de los pies, los pies, las piernas y los brazos. Un masaje y un buen humectanteliberarán sin duda las preocupaciones del día.
Nunca te sientas culpable por tomar un tiempo para cuidar de ti. Consentirse un poco ayuda mucho, y es benéfico para ti y tu bienestar general. Ya sea un baño de burbujas, una mascarilla, leer un libro o tomarte cinco minutos para beber una taza de té. No importa lo que hagas, tómate ese tiempo tan necesario para cuidar de ti. Recuerda, el cuidado personal es amor propio, ¡y te lo mereces!
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